Dubai Telegraph - Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera

EUR -
AED 3.865039
AFN 71.961868
ALL 97.885367
AMD 409.705534
ANG 1.898038
AOA 960.733931
ARS 1055.061215
AUD 1.613881
AWG 1.894109
AZN 1.787029
BAM 1.951539
BBD 2.126437
BDT 125.855234
BGN 1.956342
BHD 0.396578
BIF 3110.579445
BMD 1.052283
BND 1.414399
BOB 7.293078
BRL 6.086683
BSD 1.053191
BTN 88.848028
BWP 14.387453
BYN 3.446543
BYR 20624.740218
BZD 2.122845
CAD 1.469502
CDF 3014.78969
CHF 0.929776
CLF 0.037101
CLP 1023.776253
CNY 7.619996
CNH 7.625593
COP 4626.455438
CRC 534.824751
CUC 1.052283
CUP 27.885491
CVE 110.024795
CZK 25.350861
DJF 187.538784
DKK 7.458788
DOP 63.520417
DZD 140.573397
EGP 52.274979
ERN 15.78424
ETB 131.306162
FJD 2.388363
FKP 0.830585
GBP 0.832524
GEL 2.883571
GGP 0.830585
GHS 16.7185
GIP 0.830585
GMD 74.71233
GNF 9078.051459
GTQ 8.13025
GYD 220.338958
HKD 8.189863
HNL 26.613518
HRK 7.506205
HTG 138.346648
HUF 411.186809
IDR 16734.714279
ILS 3.929639
IMP 0.830585
INR 88.911049
IQD 1379.588093
IRR 44293.214291
ISK 145.520299
JEP 0.830585
JMD 166.933965
JOD 0.746386
JPY 162.676061
KES 136.007134
KGS 91.02957
KHR 4249.68174
KMF 491.94202
KPW 947.053999
KRW 1471.222726
KWD 0.323672
KYD 0.877684
KZT 523.167824
LAK 23125.51255
LBP 94319.785398
LKR 306.411046
LRD 190.622024
LSL 19.101997
LTL 3.107117
LVL 0.636515
LYD 5.138732
MAD 10.521031
MDL 19.167154
MGA 4930.189594
MKD 61.546561
MMK 3417.773046
MNT 3575.656436
MOP 8.443666
MRU 41.866002
MUR 48.839087
MVR 16.268296
MWK 1826.195708
MXN 21.380416
MYR 4.698412
MZN 67.293799
NAD 19.101997
NGN 1768.455747
NIO 38.755022
NOK 11.613586
NPR 142.154623
NZD 1.792324
OMR 0.40513
PAB 1.053101
PEN 3.996674
PGK 4.239684
PHP 62.126243
PKR 292.773138
PLN 4.342422
PYG 8247.914831
QAR 3.840515
RON 4.977085
RSD 117.020141
RUB 106.281009
RWF 1452.315514
SAR 3.95054
SBD 8.79238
SCR 14.332083
SDG 632.944958
SEK 11.610939
SGD 1.413951
SHP 0.830585
SLE 23.75528
SLL 22065.84631
SOS 601.88026
SRD 37.282669
STD 21780.126598
SVC 9.214882
SYP 2643.891613
SZL 19.091139
THB 36.458458
TJS 11.216013
TMT 3.682989
TND 3.324243
TOP 2.464553
TRY 36.27081
TTD 7.130433
TWD 34.270209
TZS 2791.031424
UAH 43.426878
UGX 3886.514989
USD 1.052283
UYU 45.021709
UZS 13526.469111
VES 48.861031
VND 26751.65603
VUV 124.929112
WST 2.937543
XAF 654.521833
XAG 0.033884
XAU 0.000395
XCD 2.843846
XDR 0.801343
XOF 654.521833
XPF 119.331742
YER 262.991742
ZAR 19.064031
ZMK 9471.810193
ZMW 29.146091
ZWL 338.834589
Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera
Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera / Foto: Anne RENAUT - EUROPEAN SPACE AGENCY/AFP

Último baile del satélite Salsa tras 24 años estudiando la magnetosfera

Después de 24 años estudiando el escudo magnético de la Tierra, el satélite Salsa se desintegrará el domingo con una reentrada a la atmósfera que, según la Agencia Espacial Europea (ESA), le garantizará un final "limpio".

Tamaño del texto:

Salsa es uno de los cuatro satélites de la misión Cluster que llega a su fin. Lanzada en 2000, esta ha permitido conocer mejor la magnetosfera, el potente escudo magnético que protege la Tierra del viento solar y la hace habitable.

La ESA ha previsto una reentrada "orientada" para que el satélite se precipite en una zona geográfica determinada y en un momento preciso, pero sin tener control sobre él durante su regreso a la atmósfera.

Para este proceso inédito, los operadores de la ESA llevan desde enero realizando una serie de maniobras para garantizar que la reentrada de Salsa tenga lugar en una región remota y poco habitada del Pacífico Sur, frente a Chile.

Esta reentrada dirigida es posible gracias a la órbita excéntrica (con una trayectoria oval) de Salsa, que tarda dos días y medio en dar la vuelta al planeta.

En su apogeo, el satélite se sitúa a 130.000 km de la Tierra, pero luego se acerca a apenas unos cientos de kilómetros en su perigeo, el punto más cercano al planeta de su trayectoria.

Como el satélite es muy sensible a las fuerzas gravitacionales de la Luna y del Sol, la altitud en el perigeo puede variar en varias decenas de kilómetros en cada órbita.

"El desafío que hemos tenido que enfrentar para llevar el satélite a buen lugar fue asegurarnos que, en las dos últimas órbitas, este descendiera en la primera a unos 110 o 120 kilómetros. Y luego, en la órbita inmediatamente siguiente, que descendiera a 80 kilómetros, una región del espacio ya dentro de la atmósfera donde tiene más opciones de quedar completamente calcinado", explicó a la prensa Bruno Sousa, jefe de la unidad de operaciones de misiones del sistema solar interno de la ESA.

Cuando un satélite regresa a la atmósfera terrestre, que teóricamente llega hasta los 100 km de altura, la fricción intensa con las partículas atmosféricas y el calor generado provocan su desintegración. Pero algunos fragmentos pueden resistir y llegar a la superficie del planeta.

- Objetivo "cero residuos" -

Los científicos esperan poder determinar el lugar de la reentrada en la atmósfera con un margen de varios cientos de metros con tal de enviar un avión a 10.000 metros de altitud para observar la desintegración del satélite de 550 kg y sus restos, que deben representar menos del 10% de su masa.

Los otros tres satélites de la misión Cluster, cuyo regreso está previsto para 2025 y 2026, permitirán nuevas observaciones con velocidades, ángulos y condiciones atmosféricas distintos en su reentrada.

"A partir de esto podemos aprender más sobre los tipos de materiales que sobreviven al proceso de combustión para que en el futuro podamos construir satélites que puedan evaporarse por completo en este proceso", señaló Sousa.

El problema de los residuos espaciales se ha agravado en las últimas décadas. Para hacerle frente, la ESA se comprometió en 2023 a generar "cero residuos" en sus misiones concebidas a partir de 2030.

"Hay dos riesgos principales ligados a los residuos espaciales", explicó Benjamin Bastida-Virgili, ingeniero especializado en este tema en la agencia europea.

"El primero es que, en órbita, un satélite corre peligro de entrar en colisión con un trozo de residuo espacial, lo que genera una suerte de efecto cascada y más residuos, poniendo así en peligro a otras misiones", señaló.

El segundo está vinculado a su reentrada en la atmósfera. A diario se encuentran en la superficie terrestre materiales procedentes del espacio como fragmentos de antiguos satélites o etapas superiores de cohetes.

"Intentamos idear los satélites de manera que se desintegren mejor en la atmósfera, para que ardan por completo en su reentrada de modo que ningún trozo llegue al suelo y no haya riesgo para la población", explica.

De todos modos, el riesgo es mínimo. Según la ESA, la probabilidad de que una de estas piezas golpee una persona es inferior a una por cien mil millones, 65.000 veces más remota que la posibilidad de ser alcanzado por un rayo.

A.Al-Mehrazi--DT