Primera fecundación in vitro de un rinoceronte blanco, un avance para salvar la especie
Científicos lograron la primera fecundación in vitro de un rinoceronte blanco del Sur, un avance para el objetivo de salvar al rinoceronte blanco del Norte, que sólo cuenta con dos hembras.
"Hemos logrado algo que se creía imposible", declaró el jefe del proyecto, el alemán Thomas Hildebrandt, en una conferencia de prensa en Berlín.
La fecundación de un rinoceronte blanco del Sur con un embrión de la misma especie es un "avance crucial" en la ayuda de los rinocerontes del norte, en peligro de extinción, subrayó Hildebrandt, quien pertenece al grupo científico BioRescue, apoyado por el ministerio alemán de la Investigación.
En la próxima etapa del ambicioso programa de reproducción, los científicos tratarán de realizar la proeza con un embrión de rinoceronte blanco del Norte en una madre portadora de la especie muy cercana del sur.
Este programa de reproducción, hecho posible gracias a la fecundación in vitro de ovocitos por inyección de espermatozoides congelados, es la última oportunidad de supervivencia de esos animales.
De mucha edad, las dos hembras de la especie de rinocerontes blancos del Norte --Najin y su hija Fatu-- ya no son capaces de llevar a término un embarazo.
El último macho, llamado Sudan, murió en 2018 en la reserva de Ol Pejeta en Kenia, donde Najin y Fatu viven bajo vigilancia las 24 horas del día protegidas de los cazadores furtivos.
El equipo de Hildebrandt tiene ahora por objetivo "producir rinocerontes blancos del Norte en los dos años y medio próximos".
El proceso podría durar más, añadió. El embarazo en rinocerontes dura 16 meses.
Esta tecnología podría también servir de modelo para otras especies de rinocerontes amenazados, como el rinoceronte de Sumatra, en el sudeste asiático, agregó Hildebrandt.
Estos animales tienen pocos depredadores naturales, pero su número disminuyó a causa de los cazadores furtivos desde los años 1970.
Los rinocerontes modernos recorren el planeta desde hace 26 millones de años y se calcula que más de un millón vivían aún en estado salvaje a mediados del siglo XIX.
G.Gopinath--DT