La Lycorma delicatula, un insecto invasor que amenaza los cultivos en EEUU
A primera vista, la mosca linterna con manchas (Lycorma delicatula) parece una inofensiva mariposa con sus colores negro, blanco y rojo. Pero este insecto invasor, procedente de Asia, destruye la flora y los cultivos en Estados Unidos, donde las autoridades tratan de frenar su propagación.
"Una buena lycorma es una lycorma muerta", dice a la AFP Amy Korman, entomóloga de la escuela de ciencias agrícolas de la universidad de Pensilvania.
La Lycorma delicatula llegó en 2012 a Estados Unidos a bordo de una carga de piedra procedente de Asia, según han comprobado los científicos, aunque no fue vista hasta dos años más tarde en el condado de Berks, en Pensilvania.
No supone una amenaza para los humanos ni para los animales, pero ha causado centenares de millones de dólares de daños en el sector agrícola pese a que sólo se ha propagado hasta ahora a una quincena de estados del este del país.
Un estudio de la Universidad de Pensilvania calculó en 2020 un coste anual de 554 millones de dólares y la pérdida de casi 5.000 puestos de trabajo al año en este estado, que no ha logrado contener al insecto a pesar de las cuarentenas y las numerosas campañas de exterminación.
La "lycorma es un muy buen autoestopista", dice Korman de este insecto que salta más que vuela a pesar de sus espectaculares alas, y al que es fácil agarrar.
"Es un insecto muy escurridizo. Se propaga gracias a nosotros. Somos nosotros los que lo llevamos por todo el país, sobre todo sus huevos", explica.
Los huevos -de 30 a 50 y que lucen como granos de arroz parduzco en fila- se depositan en superficies planas (troncos, piedras, autos) y "han sobrevivido a inviernos muy duros".
Cuando son adultas, estas moscas utilizan una trompa para succionar la savia de las plantas, privándolas de este nutriente crucial. Cuando varios ejemplares se alimentan de la misma planta, ésta muere.
- "Como vampiros" -
Este insecto, cuyo abdomen mide 25 mm de largo por 15 mm de ancho, se alimenta de más de 70 especies de plantas ornamentales, árboles frutales y de frutos secos y madera. Y adora, en particular, la vid.
Los científicos han observado enjambres de docenas, incluso cientos, de individuos en una sola vid. Los viñedos de Pensilvania y Maryland perdieron la mitad de su producción, entre la muerte de las plantas y el menor rendimiento de las que sobrevivieron a la plaga.
"Hemos perdido un millar de viñas", declara a la AFP Michael Fiore, propietario de un viñedo en Maryland, al noreste de Washington, invadido en 2022.
"Han chupado toda la energía, son como vampiros", dice con horror y teme perder otra mitad de su cosecha este año.
"2022 fue malo, 2023 es igual de malo", confiesa. Y agrega: "Va a llevar tiempo reconstruir las viñas".
La flora también se ve afectada por los excrementos del insecto, una melaza que provoca un moho llamado fumagina y que, al cubrir las hojas, impide la fotosíntesis.
Varios estados han encargado a científicos que busquen la forma de erradicar el insecto, en una carrera contrarreloj, ya que según las proyecciones, llegará a la costa oeste hacia 2027-2030.
California tiene enormes viñedos de renombre, por no hablar de los almendros y los huertos de Oregón, más al norte. Canadá también está preocupada.
La industria vinícola californiana genera 170.500 millones de dólares a la economía estadounidense y da empleo a 1,1 millones de personas, según el Wine Institute, su organismo representativo.
En junio, el Departamento de Agricultura estadounidense dio a conocer una estrategia quinquenal para estudiar y combatir a esta mosca linterna.
"No podemos entender" su comportamiento, dice Matthew Travis, responsable de la lucha contra la "SLF" - sigla en inglés de spotted lanternflies (mosca linterna detectada) - en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. "Es un verdadero reto para nosotros".
"Todavía hay muchas cosas que no sabemos, sobre todo acerca de los cambios poblacionales de un año para otro y su distribución", subraya, señalando que han realizado visitas de estudio a Asia "pero nunca han visto los grandes fenómenos" que están experimentando en Estados Unidos.
Esto dificulta la estimación de las consecuencias económicas a largo plazo.
Sobre el terreno, los lugareños organizan patrullas para matarlas: no tienen mucha movilidad, por lo que es bastante fácil aplastarlas con el pie, pero su tamaño lo hace poco apetecible.
El condado de Westchester, cerca de Nueva York, utiliza perros rastreadores para detectar los huevos y potentes aspiradoras tipo "Cazafantasmas" para las crisálidas y los adultos.
Algunos envenenan la savia del ailanto, un árbol invasor también originario de Asia, muy apreciado por la lycorma, que no tiene ningún depredador real en el continente americano.
G.Gopinath--DT