El velódromo olímpico de París-2024, una trituradora de récords
La pista del velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines, al suroeste de París, se ha convertido en una trituradora de récords del mundo en las pruebas de ciclismo en pista de los Juegos Olímpicos 2024, gracias a una pista y a unas condiciones perfectas para pulverizar marcas.
Lejos de las polémicas sobre la ausencia de aire acondicionado en las habitaciones de la Villa Olímpica, los corredores de ciclismo en pista se muestran encantados de no contar con un velódromo climatizado y de sudar la gota gorda.
Porque en ciclismo en pista, cuando hace calor -entre 28 y 30 grados el martes a nivel de pista- el espectáculo está asegurado.
En los tres primeros días se batieron más de diez récords del mundo: el de la velocidad femenina fue mejorado en no menos de cinco ocasiones, mientras que los bólidos neerlandeses, liderados por el prodigio Harrie Lavreysen pulverizaron, su récord del mundo que databa de 2020, de 41 segundos 225 milésimas a 41.191 en la primera ronda, antes de situarlo en la final en 40.949.
¿Y qué decir del impresionante récord de Australia en primera ronda de persecución masculina por equipos? Más de un segundo menos (3:40.730) sobre la precedente marca (3:42.032) establecida en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021 en una pista presentada en aquel entonces como perfecta.
Y el miércoles comenzó con la mejora en dos ocasiones del récord del mundo del 200 m, clasificatorio para la velocidad individual: databa de septiembre de 2019 (9.100) y fue llevado a 9.091, y después a 9.088.
- "Combinación perfecta" -
"Tenemos muy buenas temperaturas sobre la pista y una presión atmosférica muy baja, es excelente para ir muy rápido", resume el australiano Sam Welsford.
"No hay magia en ello, es realmente una suma de parámetros, como la higrometría y el calor en la sala, y también la forma de los deportistas", explica la empresa Bouygues, que gestiona el velódromo, aunque reconoce también que está "el factor suerte también con un tiempo muy favorable".
Cuando la presión atmosférica es inferior a 1000 hectopascales y la temperatura, incrementada "de uno a dos grados" por la presencia de 3.600 espectadores, sube, la resistencia al aire es menor.
Construido en 2014 sobre los planos del arquitecto alemán Ralph Schürmann, procedente de una familia de renombre desde hace más de un siglo en la concepción de velódromos, la pista de Saint-Quentin-en-Yvelines tiene la particularidad también de ser más grande que las otras (8 metros) con curvas a 43,8 grados, lo que favorece la velocidad ya que "se cae de un metro más" que en las otras pistas, apunta la empresa gestora.
- Cuadros de bicicleta a 130.000 dólares -
La pista, construida con pino de Siberia, fue pulida para estos Juegos, lo que puede explicar "su mejor rendimiento" según Florian Rousseau, triple campeón olímpico de ciclismo en pista, y actualmente director del programa olímpico de la Federación Francesa de Ciclismo.
"Ese famoso lijado dejó la pista completamente lisa, como una mesa de billar, nos recuerda a cuando la pista estaba nueva, sólo se oía el ruido del pedal", describe el gestor.
"Sobre todo, para las pruebas con salida desde cero (velocidad y persecución), haber pulido la pista reduce el riesgo de patinar", añade Rousseau.
El antiguo velocista galo destaca asimismo que el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines solo había albergado a la élite mundial -para los Mundiales-2015 en febrero, y 2022 en octubre-, "en condiciones más bien invernales".
"Vemos en plena estación estival, con condiciones climáticas óptimas, un tiempo muy seco, que es una pista muy rápida", celebra Rousseau.
Y en un deporte en el que el material juega un rol destacado y puede hacer ganar centésimas, las modernas bicicletas que pueden superar los 130.000 dólares, o trajes por más de 3.000 dólares, pueden influir a la hora de arañar segundos a la aguja.
D.Al-Nuaimi--DT