El festejo taurino de España que levantó indignación
Retorciéndose y gruñendo, un toro con bolas de alquitrán ardiendo atadas a sus cuernos embiste en la oscuridad en un pueblo del norte de España.
La escena corresponde a una tradición centenaria celebrada el pasado fin de semana en la ciudad medieval de Medinaceli, que los defensores de los derechos de los animales exigen que se prohíba.
Justo antes de la medianoche del sábado, el toro fue arrastrado a una plaza de toros improvisada en la plaza principal de la ciudad por hombres vestidos con uniformes grises a juego.
Los hombres ataron al toro a un poste de madera en el centro de la arena, y le ataron a los cuernos bolas de un alquitrán muy inflamable, mientras cientos de personas observaban tras las barreras. Varias personas tiraban al animal de la cola para mantenerlo quieto.
Antes de prender fuego a las bolas de alquitrán, se cubrió de barro el lomo y la cara del animal para protegerlo de las llamas.
A continuación, el toro fue liberado en la plaza, que estaba cubierta de arena, entre vítores y aplausos de la multitud.
El toro sacudía repetidamente la cabeza para intentar librarse de las bolas de alquitrán ardiendo mientras corría por la plaza.
Varios hombres saltaron al ruedo e intentaron esquivar al toro en una prueba de valor. Algunos trataban de torearlo con una capa.
La fiesta duró unos 20 minutos, hasta que las bolas ardientes en sus cuernos se apagaron y el toro colapsó. Luego lo sacaron a rastras de la plaza.
Tradicionalmente, el toro salva la vida, pero los organizadores admitieron que este año murió al ser embestido en la cabeza por el cabestro que salió para guiarlo fuera de la plaza.
La fiesta del Toro Júbilo se celebra tradicionalmente en la segunda semana de noviembre.
El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA) explicó que está estudiando la posibilidad de emprender acciones legales contra los organizadores del evento y reiteró su petición de que se prohíba.
"Esta esperpéntica tradición sigue celebrándose a pesar de que ya no estamos en la Edad de Piedra", tuiteó el partido.
Jaime Posada, de la oenegé protectora de animales Anima Naturalis, que también reclama la prohibición, explicó que el toro es metido en un corral muy estrecho hasta ser arrastrado a la plaza.
"No puede moverse, no puede sentarse apenas, con lo que ya está sometido a estrés simplemente por eso", explicó a AFP.
Los participantes rechazaron ser entrevistados, y el PACMA y otros detractores de la fiesta explicaron que los vecinos les impidieron filmar el ritual.
"¿Por qué les da miedo? Básicamente porque saben que eso no es cultura, es simplemente maltrato animal y ellos disfrutan haciéndolo", sostuvo Posada.
Sin embargo, esta fiesta es uno de los momentos más importantes del calendario de fiestas de Medinaceli, donde viven unas 650 personas.
Incluso, la Junta de Castilla y León otorgó a la celebración un estatus cultural especial.
El ayuntamiento de Medinaceli no respondió a una demanda de comentarios.
R.El-Zarouni--DT