Una estadounidense que lideró batallón de grupo EI enfrenta hasta 20 años de prisión
Una estadounidense que creció en una granja de Kansas, se convirtió al islam y se unió al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria, donde dirigió un batallón militar exclusivamente femenino, será sentenciada el martes por brindar apoyo a un grupo terrorista extranjero.
Allison Fluke-Ekren, de 42 años, enfrenta hasta 20 años de prisión tras declararse culpable de cargos de terrorismo en junio ante un tribunal de distrito en Alexandria, Virginia, en el este de Estados Unidos.
"Durante al menos ocho años, Fluke-Ekren cometió actos terroristas en nombre de tres organizaciones extranjeras en zonas de guerra en Libia, Irak y Siria", dijo el fiscal Raj Parekh en un memorando previo a la sentencia.
"Fluke-Ekren les lavó el cerebro a niñas y las entrenó para matar", agregó. "Abrió un camino de terror, sumergiendo a sus propios hijos en profundidades insondables de crueldad al abusar de ellos física, psicológica, emocional y sexualmente".
Parekh, que pidió una pena de 20 años, trazó el periplo de Fluke-Ekren desde su crianza en una granja de 33 hectáreas en Kansas, en el centro del país, hasta su detención en Siria después de la derrota territorial de EI en 2019.
Otros estadounidenses viajaron a Siria e Irak para unirse a EI, en su mayoría hombres, mientras que Fluke-Ekren fue, en algo poco común, una mujer que ocupó un puesto de alto nivel en las filas del grupo.
- "Un monstruo sin amor" -
Nacida como Allison Brooks, creció en un "hogar amoroso y estable" en la localidad de Overbrook y era considerada una estudiante "dotada", dijo el fiscal.
Pero abandonó la escuela secundaria en su segundo año y se casó con un hombre llamado Fluke, con quien tuvo dos hijos.
Un hijo de ese matrimonio testificó de forma anónima sobre los años de abuso a los que él y sus hermanos fueron sometidos por su madre.
"Mi madre es un monstruo sin amor por sus hijos, sin excusa para los actos que cometió", dijo su hijo, quien tiene previsto asistir a la sentencia del martes en Alexandria. "Ella tiene en sus manos la sangre, el dolor y el sufrimiento de todos sus hijos".
Después de dejar a su primer marido, Fluke-Ekren asistió a la Universidad de Kansas, donde se casó con un compañero de estudios llamado Volkan Ekren y se convirtió al islam. Más tarde obtuvo un certificado de enseñanza de una universidad en Indiana.
Con Ekren tuvo cinco hijos y adoptaron a otro después de que los padres del niño murieran como terroristas suicidas en Siria.
- "Extremismo y violencia" -
En 2008, la familia se mudó a Egipto y en 2011 a Libia donde, según el fiscal Parekh, "comenzó la obstinada búsqueda de Fluke-Ekren para obtener posiciones de poder e influencia para capacitar a mujeres jóvenes en ideología extremista y violencia".
Estaban en Bengasi en septiembre de 2012, cuando el grupo islámico Ansar al Sharia atacó la legación estadounidense y la oficina de la CIA en esa ciudad del noreste de Libia, matando al embajador y a otros tres estadounidenses.
Fluke-Ekren, que habla árabe con fluidez, ayudó a Ansar al Sharia a "revisar y resumir el contenido de los documentos robados del gobierno estadounidense" tras ese ataque.
La familia salió de Libia a fines de 2012 o principios de 2013 y se movió entre Irak, Turquía y Siria, involucrándose profundamente con EI. Durante un tiempo, vivió en el bastión del grupo en Mosul.
Después de que su marido, líder de una unidad de francotiradores de EI, fuera asesinado en 2015, obligó a su hija de 13 años a casarse con un combatiente del grupo, según el fiscal estadounidense.
Fluke-Ekren, que adoptó el nombre de guerra Umm Mohamed al Amriki tras unirse a EI, se casó tres veces más y tuvo otros cuatro hijos.
Su cuarto marido era un líder militar del EI responsable de la defensa del grupo en Raqa en 2017.
Ese año, Fluke-Ekren se convirtió en líder de un batallón femenino llamado Khatiba Nusaybah, que brindó entrenamiento militar a más de 100 mujeres y niñas, siempre de acuerdo con el fiscal.
"Durante las sesiones de capacitación, Fluke-Ekren instruyó a mujeres y niñas sobre el uso de fusiles de asalto AK-47, granadas y cinturones explosivos suicidas", dijo Parekh.
"Una de esas niñas, algunas de los cuales tenían apenas 10 u 11 años, era su propia hija".
Z.W.Varughese--DT