Cómo el movimiento #MeToo cambió sus vidas
El movimiento #MeToo llevó a numerosas mujeres en el mundo a reaccionar ante la violencia sexista o las agresiones sexuales. Estos son algunos testimonios recogidos por la AFP.
"Revelar mi secreto"
"No pensé nunca que un día iba a explicar mi historia y a revelar mi secreto, pero después de haber leído numerosos testimonios de mujeres víctimas de agresiones sexuales, me animé a dar el paso" explicó a la AFP "L", tunecina de 26 años, víctima de una agresión sexual cuando era pequeña.
"Es como si algo se hubiera desbloqueado en mi interior. Me dio animos para cambiar mi vida, para ser feliz. Me volví más fuerte, ya no quiero ser la persona pasiva que tiene miedo de todo", añadió.
Sus padres se oponían tenazmente a que presentara una denuncia por la agresión que sufrió por el temor a que su hija fuera rechazada "en una sociedad que es desgraciadamente muy conservadora".
"L." decidió hablar en voz alta de lo que le sucedió a su alrededor. "Empecé por mis padres, mis hermanas, mis tías, mis primas. Intenté hacerles comprender que tener una víctima de violación (en la familia) no es ninguna vergüenza".
"Reevaluar mis años de juventud"
"Hice una pasantía con un congresista en los años 2000", explica a la AFP Louise (su nombre fue cambiado a su demanda), una estadounidense de 36 años.
Rápidamente un miembro del equipo la invitó a cenar, ella rechazó. Durante años mantuvieron una relación de amistad, pero el hombre solía "hacer comentarios inoportunos".
"No le daba importancia, siempre le encontraba excusas", explicó esta ex asistente.
Ese responsable acabó siendo denunciado públicamente al estallar el movimiento #MeToo. "No me sorprendió realmente", señala esta estadounidense, que el episodio le dio la oportunidad de "reevaluar mis años de juventud".
"Esta experiencia me abrió los ojos. Estaba tan acostumbrada a que los hombres hagan comentarios inapropiados que los suyos me parecían normales".
"Actualmente trabajo en Washington, me cuesta entender la manera cómo se trata a las mujeres aquí", explica. "Me da la impresión de que la gente piensa que podrá salir bien librada porque ostentan poder".
"Me dio fuerzas para denunciarlo"
Gabriela Ortiz, de 26 años, fue agredida sexualmente el año pasado por un amigo de su compañero, con la complicidad de éste, durante una velada en México.
El movimiento #MeToo le dio fuerzas para denunciarlo. "Empezaron a producirse muchas denuncias y ahí comprendí, aunque pueda parecer un cliché, que no estamos solas", dijo a la AFP.
Empleada en una empresa de servicios financieros, Gabriela decidió también denunciar a sus agresores en las redes sociales.
"Demostrar que podemos hablar de ello"
"Antes de #MeToo no era posible hablar de violaciones", explica a la AFP Nazreen Ally, de 43 años, residente en Durban, Sudáfrica.
Responsable de una empresa de seguridad, Ally sufrió una violación a los 13 años de edad, y ofreció su testimonio al inicio del movimiento.
"Cuando empecé a hablar, muchas mujeres me confiaron sus historias y me di cuenta que había otras mujeres que también sufrían en silencio", describe.
"Empecé a abrirme progresivamente sobre tema, para demostrar a las mujeres que también pueden lograrlo".
"Aplicar los principios feministas"
"En mi interior me sentía feminista, pero no me atrevía a aplicar" esa ideología, explicó a la AFP Karine Zerbola, de 49 años, responsable de un bar en Annecy, Francia.
Zerbola asegura que ahora ya no consiente los chistes sexistas.
El movimiento #MeToo "me confirmó que los comportamientos de algunos hombres ha sido durante mucho tiempo irrespetuoso, y que eso no era normal", explica.
Esa reflexión la ha conducido por ejemplo a "prestar mucha atención" a "la paridad", añade.
"Contrato tantos hombres como mujeres, y todo el mundo hace el mismo trabajo", explicó.
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A.Krishnakumar--DT