Jóvenes trabajadores chinos combaten el estrés en centros de relajación
Luz tenue, sofás cama y sonidos relajantes. Durante la hora del almuerzo, Xuan Yi, que vive bajo presión como muchos jóvenes chinos, finalmente consigue conciliar el sueño en un instituto de relajación de Pekín.
Xuan es una de los 300 millones de chinos que padecen insomnio, producto de una cultura de mucho estrés y presión en el trabajo, sobre todo en las principales ciudades superpobladas del país.
La joven lo intentó todo para dormir mejor, explica a la AFP; desde asesoramiento psicológico hasta aceites esenciales.
"Tenía mucha presión en el trabajo. No podía acostarme antes de las dos o las tres de la madrugada y tenía que levantarme a las siete para empezar a trabajar", cuenta.
"También trabajaba los fines de semana, y mi sueño no fue muy bueno durante mucho tiempo".
Pero cuando se corren las cortinas y empiezan a zumbar los cuencos tibetanos en el estudio de la sanadora Li Yan, por fin puede dormir.
- Cargar baterías -
Al son de un gong y un palo de lluvia, Xuan y los demás participantes entran en un dulce letargo.
Al cabo de cincuenta minutos, se despiertan después de lo que, aseguran, es el mejor sueño que han tenido en años, a un precio de 180 yuanes (25 dólares).
"Decenas de personas con mentes tensas se acuestan juntas y quieren dar a sus cerebros un breve descanso", explica Li a la AFP.
"Es como cargar la batería del celular del 3% al 100%".
"Presión", "ansiedad" e "insomnio" son las palabras que Li escucha con más frecuencia.
Dice que a menudo recibe llamadas de clientes desesperados por descansar un poco.
"Me dicen: 'necesito venir enseguida, en media hora, estoy muy cansado'", cuenta Li Yan.
Muchos trabajan en la competitiva industria china de las tecnologías de la información, un sector en el que la tasa de personas con depresión y ansiedad está entre las más altos del país, según un informe nacional sobre salud.
Li llama a sus sesiones "conciertos tangping", nombre de una expresión que se ha popularizado en China en los últimos años. Literalmente, significa "tumbarse de espaldas", pero también puede traducirse como "renuncia": renunciar a una gran carrera o al dinero para concentrarse en una vida sencilla.
- La felicidad, "un bien de lujo" -
Rodeado de edificios de oficinas en pleno centro de Pekín, el estudio de Li ofrece horarios adaptados a las ajetreadas rutinas de los jóvenes trabajadores.
Según cuenta, la demanda ha crecido desde la pandemia de covid-19, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó un aumento del 25% de los casos de depresión y ansiedad en todo el mundo en su primer año.
"Muchas emociones y problemas han salido a la superficie y la gente necesita ocuparse de su interior", apunta Li.
Y en un país donde muchos recurren a los videojuegos o a las compras para desconectar, dice, "la relajación y la felicidad parecen ser un bien de lujo".
Xuan, por su parte, está dispuesta a pagar para dormir bien. "Si no pago estas sesiones de relajación, quizás tenga que pagar a un médico", dice.
O.Mehta--DT